Little one

365 días. 8760 horas. 1314000 minutos. 78840000 segundos respirando un sorbo de felicidad cada vez que te veo sonreír. Susurrando esas palabras de amor en los momentos exactos que hacen que mis lágrimas dejen de rodar por mis ardientes mejillas. Besos que me calman los nervios contenidos en el corazón. Abrazos que me quitan hasta el más recóndito miedo que pueda encontrar en lo más hondo de mi ser. Caricias sinceras que recorren desde las raíces de mis cabellos recorriendo mi espalda haciendo paradas circulares con las llemas de tus dedos. Latidos de mi corazón que siguen el ritmo de los tuyos, haciendo un gran concierto de sensaciones y amor. Miradas que simplemente en un segundo dicen todo lo que sientes por mí, queriendo nadar en tu mirada durante horas, sin dejar de mirar mis ojos, los tuyos, los nuestros. Quiero aferrarte junto a mi. Decirte que te quiero sin parar. No dejarte de mis brazos salir. Abrazarte, que no puedas respirar. Quiero besarte, y en cada coda decirte lo importante que eres para mi. Quiero dar paseos todos los viernes, a las 4.30 de la tarde. Quiero ver tu cara y ponerme a sonreír. Quiero que estes a mi lado cuando no pare de sufrir, que me des un abrazo, que me digas ocho letras, y con eso, soy feliz. Quiero ser tu todo y tu nada. Quiero que riamos a carcajadas. Quiero que nos peleemos. Quiero que me susurres eso que sólo me gusta cuando tú lo dices. Quiero que juguemos, y hagas trampas para dejarme ganar a mi. Quiero ser yo la niña, y tú el mayor. Quiero que me quites todos los miedos que tengo. Quiero quedarme dormida en tu pecho mientras acaricias suavemente mi pelo. Quiero que me abraces al llorar. Quiero que me calles cuando no tenga que hablar.
te quiero.